VIAJE A ITACA (Sólo para Penélope)

domingo, 31 de octubre de 2010





Ni soy Ulises ni el viaje que emprendimos era una Odisea, no hubo que rescatar a ninguna Helena, ni luchar contra el cíclope. Nuestra barca era un cascarón de nuez. Nuestras ninfas y princesas de color negro, en nada sugerían la aventura del héroe (ni siquiera eran las diosas de ébano que nos venden en las pasarelas). Entramos en Troya escondidos en el caballo de la cooperación internacional, abrimos las puertas Esceas y vivimos entre ellos disfrazados de hombres sabios, pero como el caballo, sólo fue un señuelo para que nos dejaran tomar sus diosas, para poder aprender en esta patria lejana lo que en nuestra tierra no se enseña. No hay dioses en el Olimpo, no hay hombres negros ni blancos, no hay sueños imposibles. Sólo hay realidades tan duras que parecen inasumibles, tierras humilladas por la pobreza, vidas tan huérfanas de futuro que apenas si nacen están al borde del abismo. Como Ulises tuve que cegar a Polifemo para abrir mis ojos y dar luz a este drama, pero si el hastío de los dioses o el paso tiempo lo relega al olvido, que sea la memoria de los hombres, de los nuevos Ulises, la que haga que nunca se silencien sus nombres. Que estas pequeñas historias sean como el caballo de Troya para abrir las murallas que cada uno ha ido formando y pueda ganar la libertad.
Os vemos tan cerca, os soñamos tan próximos que ahora no miramos hacia atrás, no buscamos las respuestas que vinimos a buscar, si acaso se esconden ya en nuestras almas. Ahora sólo vemos la luz cegadora de nuestra tierra que nos llama, seguimos el faro, ciegos de oscuridad, porque el regreso es el camino que ansiamos recorrer. Llegamos sedientos de abrazos y besos, hambrientos de palabras de amigos, de llanto de madres, de calor de hogar. Vemos asomados desde la proa de nuestra barca, sobre este mar oscuro, los pañuelos que agitáis en la orilla. Os oímos gritar con ardientes palabras de ánimo que hacen el espacio que nos separa más pequeño por momentos. Ya llegamos.
Entre tanto, paciente, pero con un miedo que crece ante el fugaz instante del encuentro, que ansia pero que teme, para que no se quiebre ninguna de las ilusiones creadas, Penélope nos espera. El manto que tejió con el fino hilo de los recuerdos, de los besos pendientes, de las palabras guardadas para la vuelta, será el paño que enjuagará las lágrimas de la alegría del reencuentro, el que nos cubra y nos proteja del frío que produjo la ausencia. Ahora ya no miramos atrás, sólo oteamos el horizonte, esperamos encontrar tras la siguiente ola su figura alzando los brazos, llamándonos con su voz de sirena, mostrándonos el camino. Ella es el norte, la guía de esta travesía, y nos conducirá a un puerto seguro donde amarrar, allí donde curarán las heridas del espíritu.
Ahora emprendo el viaje a Itáca sediento de mi destino, la oscuridad es mi guía, el sol poniente mi sino....” (La llum de Itáca. Ellies)

LAS ESTRELLAS BRILLAN MAS SI LA NOCHE ES NEGRA


No descubro a nadie que las pequeñas cosas pueden ser grandes tesoros, que hay gestos que han hecho cambiar destinos de personas y de países, que una breve frase de ánimo vale tanto como un discurso moral sobre el valor de la vida.
Es difícil ponerse en la piel del otro, no podemos ni de lejos llegar al alma de los africanos, no somos capaces ni de llegar a nuestra propia alma. Dejadme que so pena de parecer simple, os diga que en África (dónde la Naturaleza es exuberante) sus gentes viven agarrándose a las pequeñas cosas.
No quiero parecer el notario de las miserias de este pueblo, por eso quiero que quede constancia también en lo escrito de la alegría de los africanos. No existe la vida sin los opuestos, el amor y el odio, la tristeza y la alegría, la felicidad y la desesperanza... No he visto sólo gente triste y pobre en este que es uno de los países más pobres de África. Hemos procurado mezclarnos con ellos, olvidando un poco que somos blancos. En los transportes colectivos, en los que nunca nos hemos encontrado con otros extranjeros, nos sentamos pegados a ellos, entran hombres, mujeres y niños( no me siento capaz de decir en palabras como son los peques, son para robarlos, les haría mil fotos) cuando le das un bolígrafo de colorines, pierden por un segundo el miedo al coco blanco y se agarran a él mientras te miran de reojo, su madre hasta sonríe. Anduvimos por el mercado, que es un desafío a la mente, imposible captar sus mil colores, olores, el movimiento constante de personas (de vidas). A pesar de que la miseria está ahí, no la percibes en las caras que viven su día a día, con sus negocios, con sus amigos, sus vehículos rotos pero que no sé como funcionan..

No sólo hemos ido a los bares para los blancos, estuvimos en la plantación, un garito de música africana en el barrio de Walia, donde acuden jóvenes de toda la ciudad. El sitio es digno de verse, sillas y mesas metálicas de las terrazas de verano de los años 60, con su misma antigüedad. Mucha gente con ganas de divertirse, beben unas cervezas, la música es buena, bailamos, dábamos un poco el cante cuatro blancos en aquel chocolate, fue divertido, se hicieron fotos con nosotros. Había un poco de todo, pero la chicas muy arregladas, ellos de machitos, era domingo y la veda esta abierta (aquí a los 14 años prácticamente todas las chicas y chicos han tenido relaciones sexuales).
Media tarde pasada por un euro de la cerveza.
En esta semana hubo aquí en el barrio un concierto al aire libre de música hip-hop africana, con músicos de Walia. Era un concierto solidario por las inundaciones del barrio, ya os dije que la mitad está sumergido y que como consecuencia de ello hubo el brote de cólera. En un descampado con un amplificador, unos bafles viejos, la mesa de mezclas con todos los cables sueltos, la batería , dos guitarras y el micro que se acoplaba montaron un festival guapo. Fuimos Javier y yo, pero como el primer grupo era malo de solemnidad, Javier se fue y me quedé sólo, estaba un poco acojonado, pero me invitaron a sentarme en la tribuna con las autoridades(supongo que para dar color), en silla de plástico, un lujo.


El viernes teatro, en el centro cultural francés, “La casa de Bernarda Alba”, No sé si se puede imaginar un escenario con un único decorado, una pared y dos huecos que imitaban dos puertas de estilo islámico, quizá cordobés, unos adornos florales en la pared a modo de macetas, una mesa y seis sillas. Bernarda una negra imponente vestida de negro, sus hijas con trajes de colores de corte africano y dos criadas con gorritos rosa y azul de volantes(como las mucamas). La tragedia de Federico con tintes negros aquí se conseguía, por lo negro, pero fue convertida en una alegre comedia donde todas las negras gritaban y cuando Bernarda dispara a Pepe (el pretendiente. Imaginaos a la negra pronunciando el nombre de Pepe) y Adela se tira por la ventana pensando que lo han matado, todo el mundo se parte de risa.
Hoy domingo nos hemos acercado al barrio de Chaogua a la iglesia del Sacre-Coeur donde hacen una misa para los niños. Con que poco se puede hacer tanto, tres o cuatro niños tocando el bongo, una coral de niñas, un grupo también de chicas que bailaban y algunos más mayores chicos y chicas que han representado un pasaje de los evangelios. El sacerdote un hombre realmente simpático se movía por el altar haciendo participar a los niños con los cantos (me recuerda al que presenta un programa de música clásica para niños), la misa deja de ser un rito aburrido y se llena de contenido para los crios, misas así despiertan la Fe en la Iglesia y seguramente en muchos niños. Parece que la población católica es más tolerante.
Vestir el traje de domingo, asistir a una celebración, tras la que les compran algún dulce en los puestos que hay a la salida, estar con los amigos. El Dios de las pequeñas cosas paseó en esta mañana de domingo por Chaogua para convertir el día en una fiesta, entregando a cada uno de los que allí estuvimos el regalo de saber que la felicidad está en los pequeños actos. Que cuando nada se tiene, el más insignificante presente se convierte en un tesoro y que cuando la noche es más negra las estrellas parecen más brillantes.

Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación. (Árabe)

HABLAMOS OTRO IDIOMA (por eso no nos entendemos)

martes, 26 de octubre de 2010


Ya os dije que manejamos conceptos distintos: el tiempo, la familia, el sexo, la vida... los entienden de forma diferente. Nos separan abismos de evolución o involución, llameselé como se quiera, pero estamos en mundos opuestos (el negro y el blanco, sería una forma de decirlo, los grises sin duda existen y compartimos con ellos algunos puntos de vista).
Para poneros un ejemplo (siento los tecnicismos para los profanos). Son las tres de la tarde. A la una y media nos llaman por una señora con tres meses sin regla (más o menos) que sangra, en la ecografía se ve un hemoperitoneo, (más de un litro de sangre en abdomen, para los críticos de la jerga médica) útero vacío, ovarios con esta sonda abdominal, ni idea. Sospecha de un embarazo extrauterino (algo muy grave, para los críticos de antes). Hemos pedido un test de embarazo y una hemoglobina (no se puede pedir mucho más. Test+ y Hb 7.7 ) le hemos puesto una vía y nos hemos ido a comer (la mujer tenía las constantes normales, salvo por la anemia y teníamos que esperar a su familiares). Lo que os decía del tiempo, pasa con otro ritmo en África, nada parece urgente. Antes de las dos estábamos de nuevo en la sala, había llegado la familia (son beduinos, el que yo creía que era el padre, es el marido, que estaba con su hermano, la más vieja era su madre). Le habíamos explicado la gravedad de la situación y que tendríamos que operarla, la propia mujer rehusa la cirugía porque si su hijo ya está muerto para que operar, la asamblea presente lo mismo. Nueva explicación de los riesgos de morirse,... mande? Tendríais que ver el cuadro (Berlanga like) yo hablo en francés mirándolos con cara de gravedad, el comadrón (Rolán, un chico formidable) se lo traduce al árabe, no contestan, aquí para afirmar que lo están entendiendo hacen un pequeño ruido gutural (trrrg). Fin de la historia, tienen que hablar con el resto de la familia para tomar una decisión, se la quieren llevar a casa y venir mañana (estamos acojonados por si se rompe el ectópico y se muere). Tienen que reunir el dinero y para eso se reúne la familia. Son 20.000 cefas que incluye todo, cirugía, hospitalización, complicaciones, moscas...unos 30 euros (es mucho, ya lo sé). Pero la abuela (osea la madre, le sonó el móvil que llevaba en el refajo y habló con alguien mientras explicábamos los riesgos de su hija), el abuelo (osea el marido, tenía otro móvil con el que convocó la asamblea familiar), yo en teléfono móvil que compré una tarjeta chadiana de Zain llevo gastados 15.000 cefas, ellos también tendrán que pagar digo yo. El problema está en el concepto, no hay hijo, entonces el gasto es innecesario, Dios proveerá, porque el valor de esa mujer es menor que el del hijo que esperaba. Las mujeres son instrumentos que sirven para dar hijos, son propiedad de sus maridos y padres. Claro que esto es más así, cuanto más pobre y más analfabeta es la población (La solución del hambre en el mundo no está en enviar alimentos, sino en dar educación a sus hijos. Todo ello además, sin venderles armas, las guerras perpetúan la miseria y el analfabetismo). Los enfermeros, enfermeras, personal del hospital con un cierto nivel, nos entienden mejor, pero dicen que no se puede hacer nada, que los otros son cerriles.
Ayer por la tarde hicimos una cesárea, de una mujer con cesárea anterior (no se sabe porqué, ni quién, ni cómo) que llevaba 24 horas de parto, llegó en dilatación completa pero la cabeza muy alta, ella quería parir, le dijimos a la comadrona de hacerla empujar y fuimos a buscar entre tanto al anestesista, por tener todo organizado. Cuando volvimos la matrona la había enviado a pasear con su familia para que la cabeza bajase, vimos a la chica fuera, sentada en el suelo con la familia y retorciéndose por las contracciones. La cabeza seguía altísima y le dijimos de hacer una cesárea, ni ella ni sus familiares querían. Sólo el argumento de que se podía romper el útero y morir el bebé nos valió esta vez para convencerlos.
Como estas hay muchas historias, hablamos lenguajes distintos.
Os he hablado de los negros, negros. Pero hay también negros grises (igual de morenos, pero con pensamientos y sueños, más próximos a nosotros) en estos veo el futuro, si para esta gente existe. Son personas que dentro de la pobreza, aquí vienen a ser clase media, los menos de clase “alta”, pero que tienen un trabajo y unos conocimientos. Bien por su trabajo o por su aprendizaje muestran una mente más abierta, han dejado los prejuicios y actitudes preconcebidas (los ídolos de la tribu) y poseen libertad de pensamiento, la capacidad de cambiar. La libertad nos permite escoger, la inteligencia y la prudencia elegir la mejor opción.
Luego están los negros blancos (que viven como blancos) que en un país de negros pobres, resultan a veces una abominación por sus comportamientos. Visitan los hoteles caros, los restaurantes caros, móviles de última generación, conviven y se abrazan a los blancos, algunos de ellos utilizando el dinero de los negros y los grises, sus impuestos, su trabajo, son los hombres fuertes que llevan escrita en la frente la marca del que sabe. Hay una canción de Amancio Prada con este título y alude a los hombres de poder:
... al hombre que con mano firme firma la sentencia de muerte, de un trazo la traza, ….si te fijas bien, en su frente podrás ver la marca del que sabe...”

Al perro con dinero le llaman don perro” (proverbio árabe)

IMPRESIONES DE JAVIER

domingo, 24 de octubre de 2010



Está ya próximo el día de nuestro regreso.
Haciendo un esfuerzo por vencer mi, de todos conocida, alergia informática, tomo prestado a Roberto el ordenador y me animo a escribir unas líneas.
Lo hago para que mi gente no me regañe al llegar a España, por mi desidia, y lo hago ahora porque he preferido esperar a que sedimentasen las emociones que he tenido desde nuestra llegada.
Ante todo, he de pedir disculpas por tener la osadía de opinar sobre un lugar en el que apenas llevo tres semanas. Además de ser un tiempo muy corto, este país es complejo y difícil de entender con nuestra mentalidad occidental. De hecho, creo que es imposible entender nada en tan breve período de tiempo, pero, al menos, os daré mi impresión aunque sea superficial y poco objetiva.
Lo primero que os diré es que mi impresión de la experiencia es positiva. Estoy contento y razonablemente satisfecho. No es lo que esperaba, aunque, en realidad, no sé lo que esperaba.
Cuando planteas un proyecto así, todo el mundo piensa que lo haces por un sentimiento altruista. En realidad, es muy poco lo que ayudamos aquí y, sin embargo, mucho lo que obtienes a cambio. Encuentras respuesta a algunas de las preguntas que te has hecho a ti mismo toda la vida.
El país no es bonito. Es pobre, sucio, caluroso; y hay miseria, enfermedades y muerte por todos lados.
Pero está la gente. África y su gente te cautiva, y a mí me ha enamorado.
No sé cuándo, ni cómo, ni a qué lugar, pero quiero volver.
El clima es duro, y eso que esta no es una época del año especialmente calurosa. Si reúnes el clima, el riesgo de contraer enfermedades y la miseria, no resulta un destino especialmente atractivo.
Pero, como dije, está la gente. No creo haber llegado a comprender prácticamente nada. Además, cualquier idea preconcebida que tengas se derrumba por el peso de la realidad.
Creemos que venimos aquí a ayudar, como escolares con buenas intenciones, pero, en realidad, son ellos los que nos ayudan y nos enseñan a nosotros.
La actividad profesional no ha sido especialmente difícil. He tenido tiempo para descansar, meditar, e incluso leer. Sin embargo, el aspecto humano sí que ha sido duro.
Ya me lo advirtieron. No estamos preparados. No lo estamos para ver cómo los niños mueren como moscas por problemas que en otro lugar tendrían solución..
Nadie nos dijo que tendríamos que asumir la muerte como algo natural e inevitable en muchos casos. Y me sorprende la fortaleza de espíritu con que ellos la aceptan. “Dios lo ha querido”, repiten siempre.
Y no es que no les duela, es que ellos lo tienen asumido.
Temo el regreso. Lo temo porque sé que, cuando vuelva a casa, veré y entenderé cosas, desde la distancia, para las que ahora estoy ciego, saturado por las emociones del día a día.
Sé que pensaré en lo que hice, en lo que dejé de hacer, y en lo que pudiera haber hecho.
Ahora tengo sentimientos contradictorios. Por un lado, la satisfacción de la experiencia y la alegría de la cercana vuelta a casa a abrazar a los míos; y, por otro, la tristeza de abandonar un lugar en el que tengo la sensación de que apenas he pisado el suelo.
Hay muchas cosas que me han impresionado. Sobre todo la gente, y, especialmente, las mujeres que han sido el objeto de nuestra atención.
Admiro su enorme fortaleza en un país, de mayoría musulmana, donde la mujer prácticamente no tiene capacidad de decisión sobre su propia vida. Y, a pesar de ello, son fuertes. Soportan el dolor y la tragedia con una capacidad fuera de lo común.
Si tenemos que intervenir a una paciente por un problema en el que está en juego su vida, antes pregunta a su marido, o al consejo de familia, para que autoricen la operación.
Me impresionan sus ojos. Mirar los ojos de una madre que observa el cadáver de su niña recién nacida te rompe el corazón, te destroza el alma. Y ellas aguantan, sufren y repiten: “Dios lo quiere así”.
Este es otro mundo. Es otra cultura, otra filosofía, otra forma de entender la vida. No los entendemos, ni podremos entenderlos nunca. Aunque ellos tampoco nos comprenden a nosotros.
Es muy difícil llegar a este pueblo. Difícil que te miren a los ojos; difícil que sonrían: imposible llegar a tocar su alma.
Somos extranjeros, invasores. Son conscientes de que obtienen algunas cosas de nosotros, pero es como si fuésemos extraterrestres.
En algunos casos, percibes incluso el odio al blanco bajo una mirada.
Me resulta gracioso ver cómo algunos pequeños lloran al ver ante sí un “monstruo blanco” que se les acerca. Es otro mundo.
Aún así, hemos ayudado a nacer sanos a algunos de ellos; hemos evitado, o retrasado la muerte de alguna madre, y también hemos conseguido alguna que otra sonrisa.
El objetivo más importante que nos habían encomendado era la formación de los estudiantes de Medicina, y a ellos les hemos dedicado mucho tiempo.
Los hay de todo tipo, pero, en general, son buenos. Un estudiante de aquí actúa como un residente de especialidad en España, y asimilan conocimientos con una rapidez que me sorprende.
Si consigo que alguno de ellos recuerde uno o dos de los conceptos prácticos que les hemos enseñado, me daré por satisfecho.
Ya lo dice la historia: “No hay que darles peces, sino enseñarlos a pescar”.
El proyecto del jesuita padre Gherardi es muy ambicioso. Complejo, difícil de entender, criticable en las formas y susceptible de mejoras, pero creo que es bueno.
No me siento autorizado a hacer ninguna crítica. Habría que ponerse en su lugar, y eso es imposible.
Me considero afortunado de haber tenido la posibilidad de vivir esta experiencia. He aprendido las lecciones, o, al menos, lo he intentado.
Recuerdo especialmente la fase que me dijeron hace poco: “La suerte depende de dónde hayas nacido”...qué terrible verdad.
Cuando vuelva a casa, recordaré la silueta de los depósitos de agua del hospital recortándose contra el cielo al atardecer (hay que estar aquí para entenderlo). Recordaré el puente sobre el río Chari, siempre abarrotado de gente circulando en ambos sentidos. Recordaré Walia, con la gente viviendo sumergida en su propia suciedad. El olor putrefacto de ese poblado es difícil de olvidar.
Recordaré la mirada de aquella paciente, con un cáncer tan avanzado que no podíamos operar, y para la que apenas disponíamos de analgésicos para paliar su dolor mientras espera la muerte.
Recordaré la mirada de aquellas madres observando a sus hijos.
Recordaré todos y cada uno de los críos cuya vida no pudimos salvar.
Recordaré, repito, sus ojos y la sonrisa fugaz de aquellos niños, inconscientes todavía de la suerte que les tocará vivir por haber nacido en este rincón del mundo.
Hasta siempre, ÁFRICA.



LE BON SAMARITAIN un proyecto colosal, sobre los pies de un hombre. ( leer sólo los que les sobre el tiempo)




Se llama casa Cabrini, porque un italiano de tal nombre construyó aquí un hotel, que seguramente no funcionó. Este hombre vivió mucho tiempo en África y murió aquí, su familia deseaba repatriar el cadáver y fue así como a cambio de facilitar la vuelta del italiano, donaron el hotel y un gran terreno adyacente al Padre Gherardi, jesuíta que por entonces había creado en Goundhi (una de las zonas más depauperadas de Chad, si es que puede decirse así) una misión donde tenía una especie de campo comunal que trabajaban los niños y recibían alimentación y estudios. Allí hay ahora mismo además un hospital (con dos médicos, un jesuita catalán y un Chileno que hacen de todo, cirugía, obstetricia, pediatría, trauma... lo que pueden).
La idea inicial con la que nació el proyecto de N´Djamena fue un hospital universitario y sobre el terreno se ha construido (con ayuda estatal y de varias organizaciones humanitarias) desde octubre de 2007 un hospital con pabellones de cirugía, ginecología y obstetricia, infecciosos, radiología. 182 camas (desde la inauguración se han estropeado bastante, o ya las compraron rotas) y una zona privada (donde nos alojamos los cooperantes, osea nos han dejado la mejor parte) La antigua casa Cabrini es la zona que sirve de “facultad de medicina y enfermería”. El hospital trabaja como un privado (vamos que salgo de las monjas de la salud y caigo en los jesuitas del Chad), los enfermos pagan pero cantidades muy pequeñas (para que puedan asumirlas los pobres, pero a la vez no se abuse de los servicios, esto ahora en Europa lo llaman el copago) por ejemplo de un parto pagan con todo incluido (las moscas aparte) 5000 cefas, menos de 10 euros. Los médicos están becados, cursan aquí 3º y 6º de Medicina. Tienen un programa formativo y por las mañanas trabajaban en el hospital. En contrapartida deben devolver la enseñanza gratuita con trabajo, teóricamente 10 años de trabajo remunerado, en el propio hospital (es impensable que ninguno de estos chavales, que tienen entre 22-24 años se queden aquí otros diez. Pero lo africanos son así, piden 10 para obtener 4 ó 5, que tampoco conseguirán retenerlos tanto) Nosotros llevamos ahora la Maternidad y la Ginecología, ellos nos ayudan, pasamos también consulta y operamos lo programado o lo urgente con ellos.
Hasta ahí el proyecto, es impresionante. Un problema es que todo se sostiene sobre la figura del padre Gherardi, que no delega y que tiene 75 años (una figura ya encorvada, y unos pies que arrastra para caminar). El profesor responsable (Pierre Farah) sólo tiene también 75 años (no es jesuita, sabemos que está casado, tiene nietos, pero vive su retiro aquí, es cirujano, hace también las cesáreas cuando no hay ginecólogo, y no es su único acercamiento a las mujeres. ¿Tomará polvos de cuerno de rinoceronte?) Ambos mantienen una relación más formal que cordial. Una comunidad pequeña de monjas (no me libro!) dirigen algunas de las áreas de hospitalización (en su defensa, además de la entrega a un proyecto en África, dónde hay monjas hay más limpieza, y eso aquí es mucho). Después hay un personal fijo: un contable suizo (Alain) 4 italianos (Luca, Elena, Ludgina, y Laura) todos ellos no muy contentos con los sueldos y el trato. Los cocineros (Ali y Vitorien), Germain la limpiadora y un gran número de chadianos en oficios varios, que hacen lo que pueden para escamotear algo de cualquier parte, que haga el sueldo aceptable (esta es una costumbre del país que parece muy arraigada, la policía mantenedora del orden debió de establecer esta practica como parte de ese orden legal). Los cooperantes como venimos gratis, somos todo ventajas, no contamos en las disputas sobre el bien y el mal.
Así en un mundo de negros, donde estos son asalariados mal pagados, aficionados a las pequeñas corruptelas, hay unos cuantos blancos que no se llevan del todo bien con sus jefes (entre ellos se llevan mejor). Un jefe con mala leche (aunque seguramente buen corazón) que acostumbrado a vivir en África ya 50 años, no se fía de nadie y piensa que puede llevar este proyecto colosal, casi de forma personal.
No me negaréis que si prescindimos de los colores esto no os suena.
Así se mueve este gigante con pies de barro, en un país nacido en el barro, metido aún en el fango, quien sabe si en realidad son arenas movedizas y no un lodazal. Que la Diosa Fortuna o los fetiches africanos pongan de su parte para que salga adelante por el bien de mucha gente.

Nota del autor: Las opiniones vertidas sólo son una parte de la verdad, porque es sólo la visión parcial del que suscribe, que no sólo no se hace responsable de ellas sino que puede que haya cometido errores de apreciación o lo que es más grave de soberbia (al intentar juzgar un proyecto de años en los 15 días que lleva aquí).
"Hasta que los leones no tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador" (proverbio africano)

¿TIEMPO ES LO QUE LES FALTA O LO QUE LES SOBRA? (yo que sé)





Me vino a la cabeza al preguntar a las mujeres por su última regla y casi ninguna lo sabe. Me llama la atención que ni siquiera las embarazadas.
No quiero decir que les falte o les sobre tiempo, para realizar sus sueños (eso tampoco lo sé), a lo que quería referirme es a que les falta o les sobra el concepto del tiempo. Tenerlo no lo tienen, eso seguro, ahora bien, ¿Les sería útil tenerlo para disfrutarlo? O bien ¿Sería un estorbo aún mayor para su vida diaria? Lo ignoro. Como decía Sócrates: “ Sólo sé que no sé nada”. Pero siguiendo el método dialéctico del maestro de la filosofía (Sabíais que Sócrates era hijo de una comadrona?) después de plantear una proposición analizaba las preguntas y respuestas suscitadas por la misma. Las preguntas ya han sido planteadas ( No lo de que si sabías que era hijo de una comadrona?, sino lo del tiempo). A estas alturas lo que pensaréis es que al que le sobra tiempo es a mí, y es verdad.

Lo poco que sé, se lo debo a mi ignorancia. Platón 

Si la respuesta fuera afirmativa a la primera pregunta, si fueran capaces de tener en cuenta el paso del tiempo en cada momento, seguramente tomarían conciencia de su inconsistencia, de la fragilidad que posee, de cuan veloz es su paso y como no se pueden reclamar los segundos pasados y no aprovechados. Si percibieran esa belleza de que cada segundo deja de ser presente un instante después, pero forma parte ya de tu historia, quizás, podrían hacer valer sus vidas como un bien ilimitado, millonario en segundos. Se sentirían poseedores de cada instante y amos de su futuro. Podría infundir en sus almas la fuerza para mover el mundo, para cambiar sus vidas, uniendo el esfuerzo de todos aquellos que saben que tienen una vida por delante que deben disfrutar y habrían tomado la decisión como dueños de sus vidas, de vivirlas.
"La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre" (proverbio africano)
En caso contrario, si pensamos que poder percibir esa fuerza vital que proporciona el tiempo puede ser un inconveniente para su felicidad, nos encontramos ante la eterna pregunta de si la ignorancia nos da la felicidad. La pregunta que Dios nos planteó en el Paraíso y parece que resolvimos cogiendo la jugosa manzana de la ciencia. Sin embargo que bello hubiera sido el Paraíso, sin la necesidad de buscar alimento, sin miedos, siempre bajo el manto protector del Creador. Aún así nadie de nosotros estuvo en ese Paraíso, ni le preguntaron si le gustaban las manzanas. A estos hombres y mujeres tampoco y viven en el Infierno, no cometieron más pecados que nosotros, no llenaron el saco de manzanas, la suerte los hizo nacer en la pobreza. Viven el día a día sin que el calendario o el reloj marque sus vidas. No es que el tiempo no les afecte, el Sol sale y se pone, la Luna cambia su forma, se suceden los acontecimientos que dan el devenir de los años. Pero no toman conciencia de si es lunes o martes (quizá el domingo para los católicos o el viernes para los musulmanes), si es primeros o finales de mes. Imagino a estas mujeres que paren todos los hijos que pueden, que unen los embarazos a las lactancias, cuando alguien les pregunta por la fecha de su última regla, deben quedar extrañadas. Que más les da, si todos los días se parecen. No son acaso más felices ignorando que existe un mundo diferente, donde el tiempo es oro y conviene aprovechar cada instante, con la imperiosa necesidad de hacer algo nuevo para llenar los segundos de sentido. Por tanto quizá vivan mejor en la plácida ignorancia del cronómetro. Puede que ignoren nuestro sentido del tiempo pero no son necios, la sabiduría no es ajena a los pobres, sólo que se manifiesta de otra manera.
"Durante la estación seca hay que hacerse amigo del dueño de la piragua"  (Africano)
No conozco la respuestas. Como opinaban los sofistas griegos si algo existe no se puede conocer, y si su conocimiento fuera posible, no se podría comunicar. Pero un buen consejo sobre el tiempo (no es mio) : Si tienes mucha prisa puede que lo más recomendable sea que te sientes y esperes a que se te pase.

Comentario de Javier

domingo, 17 de octubre de 2010

  Hola!, soy Javier, el compañero de aventura de Roberto.
Como también mi familia y amigos nos siguen, voy a escribir algo:
  La experiencia está resultando genial. La primera semana nos daba un poco de vergüenza, porque trabajábamos mas bien poco, y mucho tiempo para descansar, pero la segunda ha sido bastante dura, en todos los sentidos.
  Roberto ha resultado ser un compañero excelente (lo digo porque está detrás de mí leyendo)
Aquí lo más duro son 2 cosas: La impotencia de no poder evitar muertes que en España se habrían evitado, y la segunda EL CALOR, que está presente a todas horas y es sofocante, sobre todo para dormir.
  Bueno, besos para toda mi familia y mis amigos, y otro día escribiré algo un poco más interesante.

NO SE COMO DECIROS QUE OS QUIERO

Esta noche entre en el Blog, quería publicar algo que escribí y ver vuestros comentarios (he estado una hora en un cuartito asándome y apenas he tenido diez minutos de conexión, el ordenador es malo, la línea es lentísima y además cada cierto tiempo se va la luz del grupo electrógeno, con lo que hay que reiniciar el proceso). Al fin he publicado la entrada y me ha dado el tiempo justo para leer rápidamente vuestros comentarios. No os podéis imaginar cuanto os agradezco que escribáis, aunque hasta el domingo no podré verlo con detenimiento, me gustaría poder contestaros uno a uno, pero tengo una hora de internet en el Novotel, para Javier y para mi, y no me da tiempo, escribo luego en los muchos ratos libres ( Jose , Mis primos de la colla els estudiants, Toni y Ana, Jose Andrés, Ana, Maite, Cris, Cris Gómis, Adela, Bienve, Carmen Huertas, Jose Luis, Trini y familia,Rencho, Alex y Juan que escribe unos comentarios acertadísimos. ¡Me gusta tu estilo hermano! (si alguno se me olvida, por favor escribe de nuevo y estaré en deuda dos veces)
A mis compas del clínico no me he atrevido a preguntar sobre la OPE, supongo que habrá ido bien, pero contadme algo.

EL PUENTE DE LA VIDA

Hay algo que no podré olvidar cuando llegue a casa, lo primero que echaré de menos de Djamena es el puente. El hospital está separado de la ciudad por este puente sobre el río Chari, que sólo pueden transitar bicis, motos y personas. Me levanto a las seis y media, amanece sobre las seis y desde la habitación ya se oyen los pitidos y el ajetreo sobre el puente. Ha empezado a vivir, y a cualquier hora de día, con el calor sofocante del mediodía, con viento, anocheciendo o ya cerrada la noche (es oscuro totalmente a las seis y media de la tarde), un enjambre de gente cargada de bultos, carros, bicis y motos con un número indeterminado de viajeros y los enseres más peculiares, discurren en un sentido y otro. Si te sientas a mirarlo no te cansas, cada segundo es distinto. Mujeres con vestidos de colores chillones, con cestos y bandejas en la cabeza, niños a la espalda. Jóvenes, viejos, policías, barberos, vendedores de jabón, de pescado seco, de tabaco, de refrescos, de todo lo que encuentras en las tiendas de los chinos , se mueven por el puente y están sentados en la carretera que lleva hasta él. Hipnotiza, engancha como el agua o el fuego cuando los miras, porque tiene formas infinitas. Conseguí ayer tarde hacer fotos, hablando con los vendedores y os juro que la puesta de sol que filmé, no creo que se me olvide nunca. Ni las fotos que tome desde la puerta del hospital, con las siluetas de todo este escenario móvil, recortado contra el sol rojo y amarillo del atardecer. Pese a la dureza, África como os dije, es bella hasta llorar.
El puente es un ser vivo, se agita por debajo con un río inmenso de aguas que parecen mansas pero que dejan adivinar la fuerza de la corriente; por arriba es un animal con miles de historias que transitan llevando sus penas, sus alegrías y sus cestos a cuestas. Cuando camino entre ellos, sólo es una historia más que se mueve por su espacio, sin inmutarlo. Porque es un animal paciente, que vive para ser habitado y al que dan forma y sentido todos los que pasamos rozando las barandillas, como acariciando su espalda, para que nos deje ser parte de sí mismo.
Ayer paseamos a la caída del sol por Walia (el barrio salido de las mil y una pesadillas) instalado dentro del río, con su mercado repleto de moscas. Hoy hemos paseado por el puente en dirección a la ciudad, hasta el barrio de Saigua, hemos tomado fotos piratas con el móvil y hemos comprado insecticida y aceite de oliva. El jueves quedamos en que preparar nosotros tortillas de patatas para cenar, bajaremos a comer en el bistrot y compraremos vino.
El vino, al que echamos de menos, como el puente está vivo y espero que cuente historias, de cada uno de los raros especímenes que habitamos esta casa (una tarde os contaré la historia de la casa Cabrini).

PROHIBIDO QUE ALGUIEN PIENSE QUE LO ESTOY PASANDO MAL

Voy a daros un poco de envidia. Aquí somos blancos y África brinda a los blancos toda su belleza, que nada tiene que ver con la pobreza. África vista con los ojos de los blancos, es hermosa, muy hermosa. Sus colores (de los olores, ya hablaremos en otra ocasión pero no son tan poéticos), sus paisajes, todo es grandioso. Tocan el cielo de la belleza y el infierno del hambre, pero sigue resultando hermosa.
Cenamos el otro día en el carnivore un restaurante al aire libre, cubierto de parasoles de paja, con una decoración muy africana (qué me decís del nombre?), nos sirvieron una fondue de carne, en un cazo con aceite hirviendo sobre el hornillo e íbamos friéndonos la carne a nuestro gusto, aderezada con salsas (que no probé. No traje mucho papel higiénico) y patatas fritas. Ah! Y cerveza. Ocho de la tarde, noche cerrada y un espectáculo de música africana en directo, (suena bien?, ya se que no oís la música, pero decid la verdad, os gustaría estar aquí).
El domingo pasado fui a misa ( Esto para mis amigos los curas, que les hubiera gustado verlo, pensé en ellos). Una misa africana en la misión católica. Era un día especial y la celebraron al aire libre, nombraban a varios diáconos y estaba presente el obispo (el del cucurucho, Vicente). El color de los trajes es como el de los castillos de fuegos artificiales, toda una plaza frente al altar, con bancos de piedra, hicimos fotos (los católicos son más permisivos que los musulmanes, en la calle no se pueden hacer porque no sabes quien es quien, pero aquí disfrutamos), los niños, las mujeres, la música son un espectáculo, puedes agotar la memoria de la cámara y no tener bastante. Pero el domingo para mí además tiene un significado especial, voy al Novotel y puedo entrar en internet, hablo con mi familia con Skipe , VEO VUESTROS COMENTARIOS EN EL BLOG (Gracias por escribirlos) y disfruto de la piscina (es mi día libre, aunque antes de irnos a la misa atendimos un parto).
Honestamente volvería a casa, éste no es sitio para VIVIR, pero puedo deciros que aunque trabajo, me siento más libre que en Valencia. El Hospital, la Salud, Ontinyent, un ritmo a veces vertiginoso, llegando tarde a todas partes. Cuando voy los martes a mi pueblo, con la comida a punto, pero sin casi tiempo de comer, mi madre me dice si me pone la comida en el plato o en un embudo para que sea más rápido.
Me he bajado del Tiovivo y os veo rodar sentados en vuestros hermosos caballitos, sonriendo, alegres, por girar con la nube de algodón rosa en las manos. Pero yo que estoy abajo, tengo tiempo para , por una vez, ver el mundo de otra manera.
Todos los años hacemos un montón de cosas necesarias y urgentes, que podrían esperar el año siguiente, dice un amigo mio.
Prohibo a nadie que piense que lo estoy pasando mal. Pero por favor que nadie me olvide.

A VOSOTROS QUE SABEIS LO QUE ES LA REALIDAD VIRTUAL ( para mis hijos que ya son hombres, y con los que hablo poco

miércoles, 13 de octubre de 2010

Lo verdadero es falso, la mentira algunas veces se hace verdad, lo evidente puede no parecerlo y sin embargo lo que resultaría altamente improbable ocurre, lo malo es que a veces de forma reiterada, manifestándose como una realidad patente y creando la confusión. Hasta aquí esta claro no?, pues así es la vida, extraña como el pensamiento. Pero he llegado a la conclusión de que no hay que intentar explicar los hechos si no participar en ellos, no es necesario saber predecir las situaciones, sino estar preparado para vivirlas. Dejarse llevar por el río de la vida, si puede ser con  barca y con remos (por si acaso. Eso quiere decir: ¡Estudiad! ¡Que pesado, ni en África!).
            Os aseguro que no entiendo lo que veo. Necesitaría las gafas de 3D para interpretar lo que  se vive en África. Es una realidad paralela, distinta, con otro guión y otros desenlaces. Por supuesto los actores distan mucho de la ficción holibudiense. Para entenderles puede que sólo valga ocupar su lugar, no venir de visita como yo.
            Son pobres ya os lo dije, algunos hasta resultar hiriente. No sé si son felices, porque la mayoría son reservados con nosotros y poco comunicativos. Pero veo como en todas partes niños que juegan, ríen, corren,.... solo que juegan con grillos, palos, corren sucios y mal vestidos y muchos cuando ríen tienen la boca para gastarse un dineral en la ortodoncia (pero diría que son felices!), salen de marcha cuando son jóvenes ( atención chicas! aquí si vais con chicos nunca os dejarán pagar) visten sus mejores galas para ligar y para ir al médico (sus vestidos de domingo son muy vistosos), son muy ruidosos, las calles de Djamena, son peor que el centro de Barcelona o Madrid, gente y más gente, humo, motos, coches, bicis... (la mayoría de 5ª mano y mal arreglados, no he visto talleres oficiales de Renault, Toyota ). Se casan jóvenes y celebran sus esponsales con fiestas (quizá  las que menos lo celebran son ellas) Todavía mantienen su dentadura y como ya perdieron los dientes de leche cariados, muestran amplias sonrisas (yo estoy empezando a cojerle el tranquillo para hacer reír a algunas en la consulta, pero cuesta, a pesar de que ya estoy más moreno sigo teniendo poco color. Los niños pequeños me tienen miedo y lloran, piensan: ¡ qué viene el coco blanco!). A los cuarenta son viejos me dijo el otro día mi estudiante que acto seguido se quedo blanca (es negra como el hollín) por lo que pudiera pensar a mis 48 añitos recién cumplidos. Los hijos hacen verdaderos estragos en ellas, los hombres tienen también mal envejecer. Pero no dudo que son a veces felices. No tengo dudas que la vejez deber ser aquí un tormento. La familia no son los padres y los hijos, aquí familia es toda la parentela, se ayudan mucho dentro de éste vínculo.
            Algunos de los sitios que hemos visitado para comer o tomar un té o una cerveza, están como os dije reservados a blancos o negros con dinero. Hay un bistrot, en una de las calles del centro (no os la imaginéis, no es fácil acertar, asfalto en mal estado, calles anchas pero atestadas de un  tráfico caótico, los edificios destartalados, sucios), es un bar lo más parecido a un bar español, con barra, estanterías llenas de vino francés (que compran a precios astronómicos de 10-30 euros al cambio, imaginaos quien), venden charcutería envasada al vacío, que compran... ¡ exacto!. Un médico del estado cobra al cambio unos 150 euros al mes, si es profesor unos 180 (eso sí, complementan el sueldo con las clínicas privadas) y los maestros de escuela no llega a 100 euros (está escolarizada el 30-40% de la población infantil, no es obligatoria la enseñanza y sus padres pagan unos 3 euros al año, poco, pero imaginaros algunas de estas familias) Un ordenador vale como una moto (como es todo importado, vale lo que allí unos 300-500 euros)
            La sanidad (esto es un poco por mis amigos sanitarios) es patética, aquí hay un servicio de radiología que si pides más de una placa por paciente se cabrean. Tienen un ecógrafo bastante bueno (pero el radiólogo necesita reciclarse en gine, de hecho nos la remite para eco, con una sonda abdominal y un equipo de pena). Hay mucho SIDA y TBC, malaria todos. Las embarazadas que se controlan se hacen un par de ecografías (como se corre la voz de que hay médicos blancos vienen más y algunas hasta preguntan el sexo, a las demás se lo decimos si quieren saberlo, se ríen si les enseñas la pantalla con la cara de su hijo. El otro día vino una que me pidió un foto, hablaba inglés. Estuve a punto de abrirme las venas, me dije con dos meses más y las hacemos europeas) La medicación es fácil aprendérsela, sólo hay un compuesto de algunos grupos farmacológicos, los más antiguos por supuesto (nada de ibesartan, pantoprazoles, por no haber no hay ni HBPM...). Las embarazadas con VIH sólo se tratan por v.o en 3º trimestre. Si no tienen fase aguda de malaria, les dan Pirimetamina en  18º y 28º semanas y si tienen síntomas o gota gruesa +, les dan quinina.
            Me pregunto si son felices y pienso que a veces sí. (Hay una canción de Amancio Prada que dice: “...sé que un día fui feliz”  Y por ello ha valido la pena vivir)
            Pero lo que me pregunto de verdad, es ¿Cómo no podemos ser felices nosotros? Pero no felices a medias, sino muy felices.
            Nuestros hijos corren, ríen, tienen regalos de Reyes y hasta el ratoncito Pérez, van al dentista y al ortodoncista. Todos van al colegio y hasta se acepta el fracaso escolar, implementando la escuela con profesores especiales. Salen de copas (pueden pagar ellos y ellas), tienen moto o al menos la piden. Nos casamos con grandes fastos y viajes de novios que cruzan el océano o el continente. Casi todo el mundo puede ir a casi cualquier lugar alguna vez. Tenemos tele panorámica con pantalla plana, dos o tres ordenadores y portatil, más las imprescindibles play station, Xbox,   móviles, cepillo eléctrico, exprimidora,  cafetera exprés, olla, plancha del pelo, rasuradora, maquinilla para cortar los pelos de la nariz (puede que exista incluso para los del culo)... Llegamos al hospital en coche particular (cojemos el pequeño que es más fácil de aparcar) y si tosemos más de lo normal nos hacen un  TAC o una RMN, análisis que parecen una quiniela (no es por nada, pero con médicos fabulosos...  y tenemos un Vademecum para conocer la farmacia.
            La realidad está hecha de una materia extraña, tiene puntos de vista dispares, ángulos muertos,  se trasmuta como la piedra filosofal trasformaba la materia en oro, como por arte de magia, es cambiante según cada cual. ¿Son los ojos o es la mente que nos engañan cuando nos dicen que no tenemos bastante? ¿O es que está en la naturaleza del hombre ser inconformista con lo que tiene?. Puede que esto haya sido el motor de la evolución, ¿pero nos hace felices?
            No me resisto a escribiros el poema de Horacio, sabéis que estoy muy pesado con el  Carpe Diem  que  repito como un mantra (si lo repites mil veces acabas creyéndolo):

dum loquimur, fugerit invida aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.
Horacio, Odas, I, 11, 7-8
Mientras hablamos, huye el envidioso tiempo. Aprovecha el día, y no confíes lo más mínimo en el mañana.
                                                                                  Una abraçada forta per als meus xics

LEER AL SEVER (instrucciones de lectura)

domingo, 10 de octubre de 2010

SEVER ES REVES del reves
LEER LOS BLOGS AL REVES DE COMO APARECEN, EL PRIMER PUBLICADO ES EL ESCRITO EN ULTIMO LUGAR

El orden de los factores sigue el orden del pensamientos y del tiempo

OBRAS SON AMORES ( dedicado a mi mismo)

Celebré el cumpleaños con los cooperantes, el lomo, el salchichón que traía envasados al vacío y los frutos secos los compartiremos. Hubo tarta? Cerveza y Javier hizo un dibujo que ya veréis que tiene mucha gracia. Me gustó mi cumpleaños. Pero dejadme que me ponga filosófico, para eso he cumplido un año más. No voy a hablar de la caridad, no me gusta, porque va unida a la injusticia. La caridad es complaciente con el status quo, no desea cambiarlo, sólo maquillarlo con pequeñas pinceladas de bondad. Pretende acallar la conciencia, no por maldad, por miedo. Porque tenemos miedo a la verdad y a la inseguridad. Nosotros que lo tenemos todo, vivimos prisioneros de nuestros miedos, de los propios y de los que nos han impuesto. Tememos a Ben Laden, al paro, a la derecha o la izquierda, a Dios... No somos librepensantes, estamos maniatados por el miedo a perder esa fingida seguridad. Y bajo esta situación nos hacemos vulnerables, pueden movernos como peones.
Los peones también pueden matar a la reina. No es de la revolución de lo que hablo, al final también las revoluciones acaban en fracasos, en dictaduras. De lo que hablo es de la libertad de pensamiento. Leí en Baroja, en el árbol de la ciencia, la necesidad de iniciar la revolución en uno mismo, el resto es utopía.
Las obras de los cooperantes, los presupuestos de solidaridad de los gobiernos, los objetivos permanentemente incumplidos de los organismos internacionales sobre el hambre, la miseria y los derechos humanos no son más que palabrería. Un ejercicio egoísta de la caridad, que fomenta además la mendicidad (me dice Luca, un italiano que lleva tiempo aquí, que los africanos no nos quieren, pero se han acostumbrado al dinero de los blancos, que llega para malvivir unos y llenar los bolsillos de unos pocos. Están acostumbrados a pedir, no ha buscar sus propias salidas). La cooperación internacional es necesaria y la gente que la hace generalmente buena, pero conviene no perder la referencia de que no se aporta una solución al problema, no se realiza un acto solidario, no compartimos la pobreza de los africanos. Conviene no caer en la soberbia de sentirse por encima de quien no está aquí, nada cambiará tras nuestra vuelta. Sólo que habremos disfrutado de esta oportunidad y habremos ayudado algo a unas pocas personas.
Memento mori (a los generales romanos cuando desfilaban victoriosos bajo la corona de laurel, un esclavo les repetía la frase para recordarles su naturaleza humana, que no eran dioses y que no estaban por encima de la ley)

Si puedo el martes o miércoles os escribo, pero no es seguro

LA POBREZA ES INJUSTA,LA MISERIA OFENDE (dedicado a Dios por si tiene internet)


Esta mañana Omaima ha presentado la eclampsia muy bien, le deje fotos y habíamos preparado una charla interesante, no ha sido el día de más trabajo, hemos hecho el parto del niño con onfalocele, se ha reído una de las pacientes de la consulta porque le he dicho el sexo de su bebe en la eco (habitualmente no se ríen nada, no te miran apenas). Hasta aquí todo bien.
Esta tarde después de comer aunque hacía un calor sofocante, no me apetecía meterme en la habitación, he ido con Mónica (es internista) al campamento de Médicos sin Fronteras que hay fuera del hospital (ya os dije que había una epidemia de cólera, pero este hospital funciona como aparte y queríamos conocer que pasaba de primera mano). Son varias tiendas de campaña, han construido una depuradora de aguas, duchas. Las letrinas son bancos de madera con un agujero y debajo un cubo (perdonad los detalles), sin intimidad. Nos hemos aseptizado los zapatos y las manos con lejía diluida y nos han enseñado las instalaciones. Hoy estaban los médicos (2 franceses) pero habitualmente hay sanitarios locales que se encargan de los pacientes. Ahora ya ha cedido el pico de la epidemia pero ha habido muchos muertos, de diarrea. Tienen instalados otros dos campamentos en Djamena. Todo esto parece un trabajo encomiable, pero os puedo decir que es tan absurdo como el que hago yo. No hay solución para esta gente. Fuimos después a Walia.
Os dije que el hospital estaba en el barrio de Walia. sin luz, sin agua corriente, sin sistema de eliminación de las aguas residuales. El barrio se asienta sobre un brazo del río Chari y lo inunda a veces en parte y otras casi todo. Los sitios (casas) donde viven, algunos están dentro del agua y llegan en barcas, son de latón y chatarra, otras son de barro, no de ladrillo, ni de bloques, de barro y mierda, sólo paredes, con un trozo de hierro o madera como puerta, con alguna parte cubierta. Huele a agua estancada, en un charco de barro se bañaban y comían tres cerdos, en medio de la calle. No es digno ni para los animales (voy a proponer a los del toro que vengan a verlo), las personas pisan, comen, beben, defecan y fornican en la misma mierda que los cochinos. Hemos bajado a una de las calles y había una chabola que era un prostíbulo, me han ofrecido pasar (tranquila Amparo) imaginaos!. Nos daba un poco de miedo estar allí, pero algunos chicos jóvenes querían hablar inglés y nos hemos hecho fotos con ellos.
Dos millones de años de evolución para llegar a esta aberración, dónde personas viven como los animales más miserables que conocemos (no es una exageración decir que peor que las ratas), esto no es pobreza, no es miseria, no es el tercer mundo, es una ofensa al entendimiento, es abyecto, repugnante sólo el que exista, nos envilece a todos. Y además no tiene remedio, esta gente carece de los mínimos recursos para crear riqueza, nunca saldrán adelante, los cooperantes (bénévole nos pone en el visado) somos una tirita sobre un abdomen abierto con las tripas fuera. Tendríamos que cambiar el mundo y sus principios y sabéis como yo que eso no ocurrirá. Con cientos de tiritas no se cierra esta herida, se cierra con puntos de sutura en un quirófano. Ni ellos mismos están dispuestos a ayudarse, tienen tan poco, que es un sálvese quien pueda (como en ensayo sobre la ceguera, están cegados por la miseria, cada cual busca cubrir sus necesidades y muchos sacan a pasear sus peores defectos. Existe corrupción policial, hurtos, violencia...) Pero hasta en Walia llevan móviles. No todo en Djamena es así, pero me cuentan que hay un barrio peor. Imposible!Sorprende que no nos roben y nos tiren al agua, eso les daría para vivir unos días. No podemos esperar que nos quieran, les hemos mostrado lo bello que es nuestro mundo, lleno de excesos, de objetos, les hemos creado la necesidad de tenerlos y no podrán alcanzarlo nunca. Su esperanza de vida es de 45 años, la persona más vieja que ha venido al hospital tenía 65 años, las mujeres que vienen, muchas de ellas han tenido 10 o más embarazos, les viven una parte de sus hijos, las que no tienen tantos es porque mueren jóvenes por malaria o diarrea o porque las infecciones genitales las han dejado estériles. Si existe un paraíso, sólo ellos van a poder entrar, los demás lo disfrutamos en vida. Aprovechémoslo. Carpe Diem. (mi mujer sabe que me encanta esta frase, que es de un poema de Horacio y se traduce más o menos como: Cosecha el día o vive cada momento)

DEJAME QUE TE HABLE DE MI (dedicado a mi familia)



Hoy hace 48 años que llegue al mundo , al otro, al que disfrutamos a diario sin darnos cuenta (aunque mi padre me inscribió el 6 de octubre). Mi cumpleaños en el Chad va a ser al menos original, esta tarde hemos bajado a la ciudad, otra vez furgonetas colectivas (de 20 personas) y taxis con 7 (por cierto el primer taxi se ha parado, ha bajado el taxista con un destornillador y ha levantado el capó para arreglarlo, mientras esperábamos). He bajado con dos estudiantes (Omaima y Stive), Mónica, Javier y cinco italianos. Hemos ido primero al centro cultural Ali Mustafa, pero no había nada, desde el mercado hemos llegado a la Amandine (une pâtisserie). No niego que hemos estado bien, pero OS HECHO DE MENOS.
Llamaré más tarde a casa para hablar con mi Penélope que teje para mí una tupida y larguísima capa de besos, que espero me guarde hasta la vuelta. Preguntaba Victor Manuel ¿dónde irán los besos que no damos?, se convierten en pensamientos y el pensamiento sí puede viajar en el tiempo y en el espacio, es la cuarta dimensión, la energía que curva el espacio-tiempo. Ahí van los que devuelvo a todos aquellos que sabéis que hoy es mi cumpleaños y me estáis felicitando, os devuelvo los abrazos que me distéis, los besos que recibí. Se puede estar sólo entre la multitud, o acompañado el lugar más remoto. Porqué sé que pensasteis en mí, os devuelvo el pensamiento que ahora escribo. Me ha venido a la memoria el poema de Goytisolo, palabras para Julia: ”.... cuando te sientas sóla, no te apartes del camino, no digas no puedo más y aquí me quedo, acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en tí como ahora pienso...”.

DEJAME QUE TE HABLE DE ELLAS (dedicado a mis compañeros sanitarios)




La mayoría no tienen nombre para mí, entran a la consulta, las vemos, sus nombre y apellidos son tan impronunciables, que si no los anoto se me olvidan, como sus rostros, es como si fueran todas la misma. Y quizá lo son, son la misma miseria, la misma cara de quien no espera nada. Esperan horas fuera de la consulta, en el hospital, como acampados, con esteras y toldos de mosquitera sujetados por cañas. Cuando pasan hablan poco, en voz baja, no sabes que esperan de tí.
Hoy he legrado la mola, a pesar de que los italianos son anestesistas, para un legrado la anestesia la hace la enfermera, con ketamina. No recuerdo su nombre, se irá a casa, pregunta cuando puede quedarse de nuevo embarazada. (no le pedí consentimiento informado).
Royoum Radimadje ha sido mi primer parto, primípara, jovencita, corpulenta, con un un niño grande, me han llamado porque tiene una cicatriz vulvar por una ablación del clítoris y tenían miedo de que se desgarrase por la estrechez (bueno eso me han dicho, pero creo que las matronas aquí no sé si tienen miedo de algo). En cuanto a las condiciones, el potro, la esterilidad... os lo podéis imaginar. Para convencerla de que empujara le decían: “ Quieres un niño vivo o muerto, empuja!” La Naturaleza se abre camino, sin cardiotocografo, sin ecografías prenatales, con Kristeller, ha nacido un niño vigoroso, grande como su madre. Final feliz. De momento.
Ha venido una embarazada de 30 semanas para la ecografía, el bebe tenía un onfalocele brutal ocupado por el hígado. Tenía unas lesiones en piel que como pápulas ulceradas que no sé que eran, he hecho una foto con el móvil y los internistas no saben lo que es, pero los estudiantes dicen que puede ser leismaniosis. Se ha ido a casa, vendrá a parir por vía vaginal, han asumido con total entereza que el niño no vivirá. Eso sí, se lo hemos explicado también a su marido que es militar, y nos dice que una hermana suya también tuvo un niño así que operaron en el Hospital militar y murió. Vino de parto dos días después, nació y murió en 24 horas.
Antes de llegar nosotros, hace un mes aproximadamente, le hicieron una cesárea a Jamina, infección de la herida y abceso en Douglas. Como no había ginecólogo, el cirujano lo drenó por via rectal. Ahora ya está mejor. Final feliz. De momento.
Ah! Nuestra Elyse de la preeclampsia está mejor hoy nos ha mirado y nos ha contestado, anoche se arrancó la vía y hemos pasado la medicación a vía oral. Otro final feliz. De momento.
No os voy a contar más patología, esta tarde me he quedado en el hospital, estamos localizados por si hay una urgencia. Pero ayer baje a la ciudad, salimos del hospital, cruzamos el puente sobre el río Chari y tomamos un trasporte colectivo, las furgonetas que os dije. En ese trayecto a pie, nos cruzamos con infinidad de hombres, en moto (con dos, tres y hasta con cuatro ocupantes), en bici (con uno, dos y hasta tres), mujeres, con sacos en la cabeza, con niños en la espalda, en un sentido y en otro, invadiéndose el territorio, personas y vehículos, sin tropezar, sin inmutarse. Pero nos miran, no mal, pero como extranjeros. Está prohibido hace fotos, hice una al río y detrás de mí oí que protestaban, escondí la máquina y por supuesto hice como que no había oído nada. Cuando entramos en la furgoneta colectiva para ir a la gran marché, nos cobran más (lógico, pero algunos trayectos pagamos 100-150 francos cefas, unos 200céntimos de euro), no se sienten a gusto con los blancos. Os diré porqué creo que no nos quieren demasiado. Venimos a ayudar, pero todos los 4x4 límpios, nuevos, conducidos por chóferes negros, son de Médicos sin Fronteras, Unicef, Intermon... Ellos sólo ven blancos con coches buenos, los blancos ricos y ellos igual de pobres que siempre. A Mónica, una compañera, le dijeron: antes teníamos colonialistas franceses y ahora ONGs. En la piscina del hotel conocimos, un teleco ruso que había trabajado en Sevilla que trabaja para Zain, la compañía telefónica de Arabia Saudí que quiere quedarse con el mercado de la telefonía movil, a la profesora de francés del hijo del Presidente (que está con un chadiano que la cuida), vimos beautiful people que trabajan en embajadas, consulados, cooperantes, todos blancos… y los que servían en la cafetería, cuidaban el jardín,... eran todos negros.
No os he contado que como no me había traído bañador, no creía que iríamos a piscina y en el río no pensaba bañarme, bueno pues me lo compré en el gran marché, un bañador con el escudo y los colores del Barça, me lo vendían con la camiseta de Messi, pero me negué.
Sé que no vamos a cambiar nada, sólo ayudar a alguna pobre gente y si acaso lo más útil será lo que aprendan nuestros estudiantes, que cuando puedan liberarse de la pobreza, volarán con lo aprendido a otro lugar (hablan árabe, francés e inglés sin problemas y yo en 6º no sabía una mierda de medicina su lado). Es pesimista, pero esto es el culo del mundo, aquí tuvieron una guerra hace dos años y ahora la clase dirigente, armada hasta los dientes, busca un buen postor para vender el país (sólo se preocupan de que algunos de sus familiares no dé un golpe de estado y los quite a ellos, tienen conductas tribales). Los países árabes más ricos tienen más posibilidades de conseguir ser los nuevos colonos y ya hay un mayor número de población musulmana radical.
Otro día os cuento la filosofía de Le bon Samaritain (y los personajes que aquí habitan), no quiero deprimiros. Y no penséis que yo estoy deprimido, los que me conocéis bien sabéis que estoy hecho a prueba de depresión. Además me lo paso bien, hablo en francés, trabajo mucho por la mañana pero por las tardes estoy libre, más descansado que en Valencia. Sólo hecho de menos a todos los que estáis leyendo esto (sobre todo a los que habéis llegado al final del soliloquio más triste y aburrido que leísteis en los últimos años).

AL CHAD FA CALOR

domingo, 3 de octubre de 2010



Pero calor, calor. Además de haber toda una fauna de insectos, reptiles, arácnidos, en los sitios más insopechados. Y por si fuera poco no tienen WIFI, el colmo. Me he tenido que bajar a Djamena un hotel de 5* por lo menos, con piscina, aire acondicionado y otras fruslerías para que el impacto inicial no fuera tan demoledor. Ahora ya entiendo lo de viajar en el tiempo, los agujeros de gusano, la desmaterialización que te permite viajar entre mundos. Aquí era cruzar la puerta del hotel y oye, que estabas en otro planeta. Entras, sales, entras, sales y te has paseado dos galaxias.
De verdad, que suerte tenemos. Ya me siento otro, hoy voy a meter tres episodios de blog, porque lo que yo pensaba sería una telenovela por entregas diarias, va a ser como mucho un semanario. Escribiré cuando pueda tener acceso a internet. Y fotos ni loco, robaré alguna con consentimiento informado del fotografiado.
Hoy creo que vienen dos italianos, no sé si cirujanos o anestesistas, espero que lo segundo porque mañana legramos una mola con anestesia chadiana (que es más o menos como alguna epidural nuestra) .
Ah! He cenado callos,... no, no he preguntado de que animal, y lasaña. El negrito que nos cocina tiene bastante arte. Creo que el embuchado que me traje al vacío lo compartiré con los cooperantes.   

HOSPITAL SE ESCRIBE SIN H



Cuando os digan que vais al Chad a trabajar en un hospital, ni de coña os lo creais. Este hospital no es que no se escriba con H, es que es sólo la H, muda, sorda y coja. Tienen buena voluntad para ayudar a esta gente, el centro funciona como universidad y cursan estudios médicos de 3º y 6º año de medicina. No tienen siempre médicos, ellos llevan el hospital. Por las mañanas actividad asistencial y por las tardes clases. Se comprometen a devolver con trabajo la inversión que han hecho en sus estudios. Umaima y Stiff, son los dos estudiantes que hay ahora en la maternidad, estudiantes de medicina, no ginecólogos. Esta mañana en el pase de visita nos han contado una preeclampsia de ayer (esto va para mis compas del Clínico) Elyse 18 años pare su primer hijo en casa, no traen el niño, pero como la madre empieza a convulsionar la llevan al hospital, viene comatosa, casi en anuria, TA 20/14 y los estudiantes la tratan con hidralazina y valium. Hoy hemos corregido la medicación pero la chica está mejor (Quien ha dicho que tiene miedo de hacer guardias sólo?). Se hacen las ecografías, no sé cómo, ellos tampoco y otro día os cuento el ecógrafo.
Creo que si algo podemos hacer bueno es por ellos, les he propuesto una tarde sentarnos para hacer algoritmos de tratamiento y el miércoles Umaima, la única chica del grupo, presentara la eclampsia.
Djamena, da pena, esta tarde hemos estado paseando por la gran marché, bajamos en trasporte colectivo, una furgoneta destartalada con 10-12 pasajeros, que suben y bajan en las paradas. Toda una experiencia. Prohibido hacer fotos, es una consigna del gobierno y la pena es severa, ya veremos.  

MIRA QUE TE LO ADVERTI

Anoche cuando llegamos no quise quedarme con una primera impresión, era demasiado pronto, la oscuridad podía crear falsos fantasmas, pero es inevitable que tomes contacto con esta realidad. El aeropuerto era una especie de almacén, al que daba paso una escalera. Cada escalón contenía todas las especies de insectos conocidas, moviéndose unos, dando los últimos estertores otros. No era que me daba miedo pisarlos, me acorde que debíamos ponernos el repelente sin más dilación, lo llevaba en el bolsillo en una bolsa de plástico de las que se necesitan para pasar líquidos en los aeropuertos.
Nos esperaba Pierre, nos identificó enseguida, no era difícil, casi todos eran negros. Tampoco él era fácil confundirlo con un lugareño, blanco, delgado, con aspecto de misionero. Nos trajo en coche hasta el hospital, cruzando una larguísima avenida asfaltada y flanqueada en algunos puntos por bancos, embajadas, comercios. No es lo que crees. No se había trasformado cenicienta en una princesa, ni la calabaza en un carro tirado por hermosos corceles. La calle era muy ancha, asfaltada pero con baches que hacían traquetear el viejo jeep en el que nos movíamos. Las embajadas o incluso la casa presidencial que pasamos eran sobrios edificios de líneas rectas, ningún resto del estilo colonial, si es que lo hubo alguna vez. Eso sí, como en el resto del mundo, mucho militar y todos armados. Deben ser baratos, los militares y las armas. El resto de edificios ya no necesitais que os los describa. El barrio donde está el hospital no tiene luz eléctrica, se llega tras cruzar el río, que ahora es un mar, recién salido como está de la estación de las lluvias. Aún no he visto el hospital, sé que funciona con un grupo electrógeno, pero teníamos luz en la habitación, es grande pero no debe ser muy distinta de las celdas de un penal. La cama con mosquitera y los grillos (de esos negros pequeñitos) por el suelo, paredes y alguno que saque de la mosquitera. El baño lo cuento otro día.
No cambié anoche la hora y me he levantado a las seis (hay una hora menos de diferencia horaria), había quedado con Javier a las siete. Cuando he salido de la habitación, sin duchar todavía, pero rociado de repelente, he regresado a por la cámara. Amanecía un sol redondo, rojo, sobre el río que ayer me pareció una mancha oscura y que esta mañana recuerda a los ríos africanos de las películas. Me quedaré con esto como principio de una pequeña aventura que no se puede decir que no te lo advertí, va a ser preciosa.